sábado, 10 de diciembre de 2011

Reseña: Veinte Maneras de Bajar al Sótano, de Roque Pérez Prados

Otra reseña para abrir boca antes de que empiecen a caer las mías. Esta vez traigo una dedicada a un autor de mi tierra. Roque Pérez Prados nos abre la puerta al sótano y nos invita a bajar veinte veces. Ese es el número de relatos que componen su antología y casi también el número de temas distintos que abarca. Más que terror, que lo es, lo definiría como suspense terrorífico, del amargo, del bueno. Ha habido un par de veces que se me ha erizado la piel al atravesar un párrafo (recomiendo leer de noche, a solas), y unas cuantas más que he llegado al final y me he preguntado ¿y qué pasa después? Hay intriga, mucha. La extensión de los relatos (a veces de dos páginas) me pareció muy acertada. La lectura se hace amena, aunque las uñas corren peligro de desaparecer. Los cambios de narrador son tan variados que no sé si Roque se habrá dejado algún método por utilizar (en primera, en segunda, en tercera…), así como también la variada temática que engloba el género. Cuando el abanico se despliega vemos aparecer asesinos en serie, vampiros, fantasmas, criaturas infernales, lugares oscuros, maldiciones, tiburones hambrientos… Hasta revisores del gas.

Roque tiene la capacidad de tenernos pendientes de un hilo hasta la última frase. Muchas de las historias tienen el toque mágico junto antes del punto final, y eso hace, al menos en mi caso, que dejen un buen sabor de boca antes de pasar a la siguiente.

Del ritmo mejor no hablo, o sí. La mayoría de los relatos empiezan con el acelerador ya pisado. El lector entra de lleno en un escenario caótico, y el caos no mengua. No esperes finales felices. Lectura recomendada para amantes del género.



Título: Veinte maneras de bajar al sótano

Autor: Roque Pérez Prados

Editorial: Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert

Encuadernación: rústica

Nº páginas: 192

Los fantasmas de la conciencia te aguardan ahí abajo porque existe un mundo de oscuridad y temor al fondo de la escalera. Roque Pérez Prados nos invita a cruzar la puerta de nuestro propio sótano y descender hacia los miedos que permanecen en la penumbra. Allí nos ahogaremos en lugares claustrofóbicos, y seremos presa de vampiros despiadados, edificios malditos nos arrastrarán a la locura, nadaremos en aguas negras infestadas de tiburones, psicópatas ermitaños nos retendrán en sus cubículos… Porque son veinte las maneras de bajar al sótano de tus propias obsesiones.