lunes, 28 de febrero de 2011

Reseña de La Guerra por el Norte, de Guillem López


La Guerra por el Norte. La primera vez que oí el nombre de esta novela fue de boca del autor, antes de publicarla. El propio editor comentaba ese día que el título no le llamaba mucho, y he de reconocer que yo estaba de acuerdo. Así que abrí las tapas del libro con cierto escepticismo. Cuando el primer volumen de una saga cae en mis manos, me pregunto si no habría sido mejor comprar un libro autoconclusivo, porque si no llega a gustarme todo lo que debería no compro el segundo, no termino la historia y tengo la impresión de haber perdido tiempo y dinero. Pues bueno, eso con Leyenda de una Era no va a pasar. Ni creo que le pase a nadie. Ya en los primeros capítulos, sin tener muy claro cuál es el argumento principal y cuáles las subtramas paralelas, uno tarda poco en sentirse dentro de su mundo, familiarizarse con los personajes y hacerse mil preguntas que Guillén sólo desvelará poco a poco, a su ritmo, el ritmo perfecto. Hay intriga, sí, y la novela engancha (a ratos más, a ratos menos). Por supuesto, al propio autor le envié mis impresiones positivas y negativas, porque siempre intento buscar los fallos a todo para que nadie piense que me da miedo opinar o que no valgo como crítico. Pero los fallos de LGPEN son pequeños y perdonables, y sus aciertos, muchos.

Personajes salen a mansalva. Creo que el lector que busca historias de dos o tres personajes no es un buen lector, porque sólo pretende seguir un hilo facilito de los que no cuestan esfuerzo. Guillem es una mente compleja, y escribe para mentes complejas. En eso me recuerda mucho a GRR Martin. Sé que cuando un autor está de moda, como hoy en día es el caso de Martin, todos los halagadores de turno de otro autor se empeñan en compararlos a ambos, pero esta vez es cierto. Hay fragmentos de La Guerra por el Norte que parecen sacados literalmente de Canción de Hielo y Fuego. Fragmentos, aclaro. Hablo de estilo y calidad literaria, no de argumento. Ya en la portada aparece un comentario contrastando a Guillem con Scott Bakker, y ahí, si se me permite, sí que discrepo. La Guerra Santa de S. Bakker es una réplica fenomenal de Las Cruzadas y me encanta su trabajo, y es cierto que algunos personajes de este libro que reseño son básicamente templarios. Pero Guillem se acerca más a la fantasía realista (sin magias exuberantes ni criaturas legendarias) que aparece en los primeros capítulos de Juego de Tronos. La magia y las criaturas están ahí, pero reservándose para sorprender al lector y quizá a los propios personajes.

A mí este primer volumen de Leyenda de una Era me ha dejado con ganas de más, y eso, según creo, es lo más importante para un escritor.

Han nacido entre los hombres y abierto un camino espinoso y retorcido. A pesar de las persecuciones y matanzas, los marcados están entre ellos, por todas partes. Nadie ha podido detener el nacimiento de estos nuevos humanos porque ese es el destino de la especie. ¿O quizá sí se puede luchar contra el destino?

Desde los Montes de Bruma a los suburbios de Rondeinn, druidas, monjes y nobles se enfrentarán en una gran aventura épica con un único objetivo: comprender y controlar el poder que dominará el mundo. Mientras, tras las montañas, alguien llega a Oriente. Un siniestro pariente que la extraña raza de los Kudaw esperaba desde hacía mil años.

Comienza la leyenda de una era.

“Una enorme novela río que encandilará a todos los amantes del género. Guíllem López nos guía con una prosa poderosa por una historia profética que difícilmente olvidarán todos sus lectores. Los seguidores de Scott Bakker ya tienen una nueva referencia”: David Mateo, autor de “Nicho de Reyes”.

Autor: Guillem López

Portada: CalderonStudio.com

Páginas: 512

Colección: Excálibur Fantástica

www.grupoajec.es

2 comentarios:

  1. Pues, leída esta Leyenda, estoy más o menos de acuerdo con lo que dices, con matices.
    Y hay algo importante, la crítica que dejas tiene aroma de sinceridad, que buena falta hace.
    Saludos.

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  2. Así es, Igor. Intento ser sincero. Gracias por pasarte.

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